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Los Enigmas Megalíticos de Menorca

Las construcciones talayóticas: mucho más que torres de vigilancia.son una parte muy importante del enigmático pasado de la humanidad. Y, a pesar de las distancias que separan los monumentos de todo el mundo, existen increíbles conexiones que nadie puede explicar. En el área que baña el mar Mediterráneo hallamos pruebas suficientes de una civilización que desconocemos por completo, pero que levantó edificios extraordinarios a partir de colosales bloques de piedra. Uno de los asentamientos más importantes de este tipo lo tenemos en la isla de Menorca. Hemos viajado hasta allí para comprobar la magnitud de sus megalitos y los misterios que entrañan estas inmensas construcciones que salpican el paisaje menorquín. Una de las principales y más abundantes construcciones de la isla es el llamado talayot, término que significa “torre de vigilancia”, debido a que se ha considerado eso mismo, una torre de vigilancia o defensiva. Aunque, como ya veremos más adelante, esa no fue en ningún momento su función. Se han contabilizado más de 300 talayots en la isla. La mayoría tienen una forma cónica con una planta circular que oscila entre los 8 y los 17 metros de diámetro. Pero hay otro tipo de talayot más ceremonial, de planta cuadrada, de medidas más estrictas cercanas a los 10 metros, cuyas paredes están orientadas hacia los solsticios o a sus equivalentes lunares. Todos los talayots han sido construidos a partir de grandes piedras encajadas sin ningún tipo de mortero u argamasa, formando un túmulo de rocas de varias capas que, en ocasiones, cuentan con una cámara interior y una entrada en su base. Otros, sin embargo, son macizos, con una habitación en su parte más alta. En el asentamiento talayótico de Torre d’en Galmés, uno de los más grandes e importantes de las islas Baleares, se pueden ver tres talayots circulares situados en la parte más alta del poblado, un lugar perfecto para ejercer funciones de vigilancia. Pero, ¿por qué hacer tres torres y triplicar el esfuerzo cuando una torre sería suficiente?

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La conexión con Cerdeña y Córcega: una misma cultura antigua

Hay que destacar la increíble conexión que existe entre los talayots de Menorca y los llamados nuraghe de la isla vecina de Cerdeña, o con las conocidas torri del sur de Córcega, a las que solo separan unos pocos cientos de kilómetros por mar. Nadie ha encontrado una explicación a las construcciones de los misteriosos nuragues de Cerdeña. Se han hallado unos 8.000 repartidos por toda la isla, aunque se piensa que en el pasado pudo haber hasta 30.000, algo bastante extraño. Por esta razón, no tiene sentido afirmar que estas construcciones fueron hechas para vigilar o defender. Es verdad que los talayots son construcciones más embrutecidas y no llegan al nivel de sofisticación de los nuragues de Cerdeña, pero sí se aprecia una gran semejanza entre ellos, por lo que no es de extrañar que hubiera habido en el pasado una antigua cultura común entre estas dos islas.

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Las taulas: el corazón sagrado de los poblados

Dentro de los elementos de la cultura talayótica de Menorca destaca la figura conocida como taula, que significa “mesa” en catalán. Es un elemento constructivo que tiene forma de T, construido por un gran bloque de piedra en vertical sobre el que descansa otro bloque en posición horizontal. Y, al contrario de lo que sucede con los talayots, solo aparece un recinto de taula por poblado. El recinto de la taula es un edificio construido siguiendo la técnica ciclópea. El muro perimetral es doble y en su cara interior se levantan pilares adosados entre piedras de un tamaño gigantesco, como se puede ver en el recinto de la taula de Torre d’en Galmés, cuyo elemento central, la taula, está desmontada y se puede apreciar el encaje que hicieron en la piedra horizontal para sentarla sobre la vertical. Las excavaciones arqueológicas realizadas en los recintos de las taulas han dado a conocer algunas figurillas de interés, como la estatuilla de bronce de Imhotep —un famoso arquitecto y sumo sacerdote del antiguo Egipto— hallada en Torre d’en Galmés, o también el toro de Torralba. La taula, por su forma, también se vincula al toro por asemejarse a una cabeza con cuernos. Esto abre muchas hipótesis, pero centrándonos en la figura del toro, quiere decir que este tipo de culto al símbolo del toro había llegado por el mar Mediterráneo hasta la antigua Menorca. Y, como sabemos, el toro representa a Baal, una de las entidades más veneradas y oscuras de la antigüedad.

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¿Calendario astronómico o culto al toro?

Pero esta no es la única teoría. La más apoyada es que la taula servía como calendario astronómico. En la taula de Trepucó, cerca de Maó, se pueden apreciar en la superficie de la losa vertical unos surcos grabados en la roca dispuestos de forma equidistante entre sí y cuya suma total es de 29 líneas. Según el geólogo Gonzalo Calvo Pérez, representan el mes lunar de 28 a 29 días de duración. Hay que destacar que las líneas están inclinadas formando un ángulo de 40 grados, que se corresponde con el de la eclíptica al oeste el día del equinoccio, según la latitud de Maó. Además, se aprecia un perfecto mapa estelar constituido por constelaciones representadas por puntos negros en la superficie de la roca, que se corresponderían con Orión y Tauro, dos constelaciones muy importantes en la antigüedad. De nuevo, las similitudes con Cerdeña y su devoción por el toro quedan expuestas recordando las conocidas “tumbas de gigantes”, con forma de cabeza de toro, orientadas hacia Aldebarán, la estrella más brillante de Tauro.

La increíble relación con Göbekli Tepe

No podemos dejar de señalar otra gran semejanza entre las taulas o los poblados talayóticos y otros elementos de la antigüedad. En este caso, nos referimos al sitio arqueológico de Göbekli Tepe, considerado el templo más antiguo del mundo según la datación oficial. Tiene al menos 12.000 años de antigüedad, rompiendo todos los registros establecidos por la historia y dando a conocer un pasado totalmente desconocido. Aunque todavía son muchos los enigmas que envuelven al monumento turco, Göbekli Tepe destaca por sus pilares en forma de T, un estilo muy similar al de las taulas de Menorca. Incluso comparando los recintos de ambos lugares, tan distantes, estos guardan una tremenda relación entre sí. Los dos cuentan con pilares colocados en el anillo interior, consiguiendo un gran parecido arquitectónico. Lo más sorprendente es que tanto los poblados talayóticos de Menorca como los recintos de Göbekli Tepe no solo están separados por largas distancias, sino también por 10.000 años de antigüedad. Y lo más increíble aún es que 3.000 años después de la construcción de Göbekli Tepe, este inmenso complejo fuera deliberadamente enterrado para preservar el monumento y la información que imprimieron en él sus diseñadores. La cultura talayótica de Menorca, oficialmente, no se vio influenciada por Göbekli Tepe, a menos que la datación oficial de los asentamientos menorquines esté equivocada y estos lugares hubieran coincidido en el mismo periodo. Incluso pudiera ser que los sitios talayóticos hubieran sido levantados antes que las construcciones de Göbekli Tepe, que, según algunas teorías, también confecciona un mapa estelar y guarda información del evento más catastrófico que ha vivido la Tierra en los últimos 20.000 años: la gran inundación que hubo a nivel mundial.

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¿Energía del éter o tecnología perdida?

Tampoco podemos pasar por alto la teoría que defiende que el verdadero propósito de estos lugares tan especiales de Menorca estuviera relacionado con energías que no vemos y no llegamos a comprender aún. Quizá las taulas fueron lugares de conexión con mundos más sutiles o incluso una forma de capturar energía infinita del éter. Quizá eso explicaría cómo fueron capaces de mover esas piedras tan pesadas y disponerlas en los lugares correctos. De lo que no cabe duda es que los responsables de las construcciones ciclópeas de Menorca, junto con las de Göbekli Tepe o Cerdeña, tenían unos conocimientos que aún no podemos comprender.

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La leyenda de los gigantes y el linaje de Noé

La isla de Menorca en España está repleta de restos arqueológicos que causan la admiración de todos aquellos que las ven y sienten la historia que hay en sus piedras. Los expertos dicen que estas construcciones no tienen más de 3500 años. Sin embargo, es imposible saberlo, ya que las piedras no se pueden datar. Por lo tanto, su antigüedad fue determinada mediante la datación de los objetos hallados en las excavaciones, que, por supuesto, pudieron haber sido depositados allí miles de años después de su edificación. Así que lo cierto es que no hay forma de saber en qué momento se levantaron estas construcciones en piedra. Además, habría que añadir que se desconoce por completo por qué y para qué las hicieron. Algo muy importante a tener en cuenta es la tremenda conexión existente entre los restos arqueológicos de Menorca con los hallados en Gobekli Tepe, Turquía, y los de la isla de Cerdeña en Italia. Respecto a quienes fueron sus constructores, hay que señalar que los antiguos menorquines atribuyeron el levantamiento de estos monumentos a gigantes. Curiosamente, sucede lo mismo con las construcciones hermanas de la isla de Cerdeña. También sus antiguos habitantes creían que los autores de esas ciclópeas obras fueron gigantes. Casualidad. El sacerdote, médico, geógrafo y astrónomo y primer cronista del reino de Mallorca, Juan Vinimelis García, en su obra Nueva historia de la isla de Mallorca y de otras islas a ella adyacentes, escrita a finales del siglo X, hace referencia a la primera población que se asentó en las islas Baleares, a quienes consideraba que eran gentes caldeas que bajaron de los montes Caspios y pasaron del África en compañía de Tubal. Y según los escritos de la Biblia, Tubal fue hijo de Jafet, hermano de Mesc y uno de los 16 de Noé. Hay una referencia en el Antiguo Testamento donde se menciona que los amorreos eran gigantes. En Números 13:28-33 se dice: “Pero el pueblo que allí habita es poderoso. Sus ciudades son enormes y están fortificadas”. Caleb dijo: “Subamos a conquistar esa tierra”. Pero los que habían ido con él respondieron: “No podremos combatir contra esa gente. Son más fuertes que nosotros”. Decían: “La tierra que hemos explorado se traga a sus habitantes y los hombres que allí vimos son enormes. Hasta vimos a los gigantes anaquitas. Comparados con ellos, parecíamos langostas”. Y así nos veían ellos a nosotros. Y en Génesis 10:15 y 16 y 14 se menciona que Sidón es hijo de Canaán y nieto de Noé, que son los antepasados de los amorreos, entre otros. Es decir, ellos provenían del linaje de gigantes de Noé. A Tubal, el nieto de Noé, se le asigna la primera población de las islas Baleares, el mismo que según diversas tradiciones le consideran como el primero en tomar posesión de la península ibérica y su poblamiento. Estos individuos son vistos como gigantes y se les atribuye la construcción de los megalitos de Menorca. Esta afirmación está apoyada por los topónimos locales como Es Claper des Gigant, que significa “de los gigantes”, y Sa Punta des Gigant, también “de los gigantes”. Existen muchos más y la mayor parte de ellos están conectados con asentamientos prehistóricos. Esta línea de pensamiento se mantiene incluso hasta el siglo XX en autores conservadores y tradicionalistas como José Ruyam Mir, que remite el origen de todas las poblaciones de la tierra a Noé y sus descendientes. Tampoco es de extrañar que en las tradiciones orales de los pueblos que habitan cerca de los monumentos megalíticos de piedra asignen su autoría a los gigantes, porque no hallaban una explicación lógica a estas obras tan monumentales. Encontramos leyendas muy semejantes en numerosos lugares del mundo. Por supuesto, no podemos descartar que quizá en otros tiempos fueran erigidas por gigantes, pero es algo que desconocemos. Por lo tanto, los orígenes de los monumentos cicló que hay en Menorca son realmente confusos. Tanto los talayots como las taulas destacan por el uso de grandes y pesadas piedras que han sido colocadas en lugares muy precisos. Sin embargo, estos no son los únicos que han sido relacionados con gigantes.

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La Naveta de Tudons y sus Misterios

Existe una construcción ciclópea que es conocida como naveta. En la isla existen muchas y de diferentes tipos, pero ninguna tan especial como la naveta de Tudons. La naveta de Tudons es un edificio creado a partir de grandes bloques de piedra colocados en filas horizontales, unos junto a otros sin ningún tipo de mortero. Algunos de los más pesados ocupan la parte inferior de la estructura, mientras que en el resto se combinan diferentes tamaños de bloques tallados de piedra caliza.

Dimensiones y características de la naveta

Cuenta con unas dimensiones exteriores que alcanzan hasta los 14,5 m de largo y 6,5 de ancho, medidas que se van reduciendo según se asciende, llegando hasta los 4,5 m de alto. Aunque se cree que originalmente pudo llegar hasta los 6 m, cerrando completamente la estructura y dando ese aspecto de navío invertido del que toman su nombre este tipo de edificios. La naveta se asentó sobre una plataforma calcárea y presenta una orientación suroeste-noreste, noroeste-sureste, teniendo la entrada al monumento posicionada al suroeste, la cual es muy pequeña. Solo tiene 57 por 75 cm y, según parece, se podía sellar con una losa vertical. En su interior se abre un pasillo que da a la cámara principal cuyas dimensiones son de 7,45 por 2,45 m. Y justo encima se encuentra la cámara superior de 7,10 m de largo y 1,90 de ancho. Ambas cámaras tienen techos realizados a partir de sillares ciclópeos muy bien trabajados e insertados en los muros.

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¿Monumento funerario o algo más antiguo?

No se sabe cuál fue la función de este edificio. Oficialmente está considerado como un monumento funerario colectivo debido a que se han encontrado restos de más de 100 individuos cuyos cuerpos estaban en completo desorden, sin saber si pertenecían a una misma familia o clan. También se hallaron junto a los cuerpos los objetos personales que acompañaban a los difuntos. Este fue el uso que se le dio durante el primer milenio antes de Cristo, aunque también pudiera ser que su construcción fuera anterior y su finalidad muy diferente, pero la verdad es que se desconoce totalmente.

La leyenda de los dos gigantes

Sin embargo, la naveta de Tudons está ligada a los gigantes mediante una leyenda popular que ha pasado de generación en generación. Esta cuenta que en tiempos muy remotos dos gigantes se disputaron el amor de una mujer que se mostraba indecisa al elegir entre ellos dos. Entonces los gigantes se retaron y cada uno de ellos tuvo que realizar un desafío que implicara fuerza y habilidad. Uno debía construir una naveta con grandes bloques de piedra bien tallados y el otro cavar con la fuerza de sus brazos un profundo pozo hasta que brotase agua. Un día, cargado con la última piedra al hombro, el gigante de la naveta pasó junto al pozo para comunicárselo a su adversario y declararse así vencedor. Pero de lo más profundo del agujero, el otro gigante gritó: “Ya no importa que la termines, porque acabo de hallar agua. He ganado yo”. Al verse perdedor, el gigante de la naveta, lleno de ira, levantó la gran roca que cargaba encima y la arrojó a lo más profundo del pozo, acabando con su rival. Pero al darse cuenta de lo que había hecho, desapareció avergonzado. Dice la leyenda que por ese motivo falta una roca en la fachada suroeste de la naveta de Tudons. Es sorprendente la cantidad de leyendas populares que hacen referencia a los gigantes en la isla de Menorca y que guardan una increíble relación con los monumentos ciclópeos. No hay forma de saber si los orígenes de estos fueron tan extraordinarios como cuentan. Pero de lo que no hay duda es que esta isla todavía guarda muchos secretos que esperan ser revelados.

"Las misteriosas huellas y carriles en la roca"

En la Menorca megalítica, nos encontramos con un elemento que todavía sigue siendo un gran enigma y aún fascina a aquellos que intentan ver más allá de lo aparente. En los alrededores del sitio arqueológico llamado naveta de Tudons, un edificio con forma de barco invertido creado a partir de grandes bloques de piedra, podemos ver las huellas de los antepasados que poblaron la isla y que fueron autores de este tipo de construcciones megalíticas y de otras que se encuentran prácticamente olvidadas. El camino de acceso hacia la naveta deja visibles unas extrañas marcas en la roca que delimitan un trazado. A ambos lados hay cortes o surcos que han rebajado el suelo de la roca, formando canales que marcan una dirección determinada. El acondicionamiento moderno del camino ha tapado lo que había en medio de los surcos, que ha sido rellenado con grava. Pero en algunos lugares se ven cortes bastante profundos a los lados que evidencian una manipulación de la roca. Una vez pasado el desvío que lleva a la naveta, estos carriles continúan siendo visibles en algunos puntos de forma mucho más natural que en el tramo inicial, ya que está fuera de la zona turística. Estos carriles se internan en el campo, desapareciendo tras la vegetación y la tierra que los cubre, impidiéndonos averiguar más detalles sobre su destino y características.

Jose Pons Vidal

Periodista especializado en política internacional y análisis geopolítico.



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